jueves, 10 de octubre de 2013

amor

SOBRE ENCONTRARSE A LA CHICA 100% PERFECTA UNA BELLA MAÑANA DE ABRIL
POR Haruki Murakami

Una bella mañana de abril, en una callecita lateral del elegante barrio de Harajuku en Tokio, me crucé con la chica 100% perfecta.

A decir verdad, no era tan guapa. No sobresalía de ninguna manera. Su ropa no era nada especial. En la nuca su cabello tenía las marcas de recién haber despertado. Tampoco era joven –debía andar alrededor de los treinta, ni si quiera cerca de lo que comúnmente se considera una “chica”. Aún así, a quince metros sé que ella es la chica 100% perfecta para mí. Desde el momento que la vi algo retumbó en mi pecho y mi boca quedó seca como un desierto.

Quizá tú tienes tu propio tipo de chica favorita: digamos, las de tobillos delgados, o grandes ojos, o delicados dedos, o sin tener una buena razón te enloquecen las chicas que se toman su tiempo en terminar su merienda. Yo tengo mis propias preferencias, por supuesto. A veces en un restaurante me descubro mirando a la chica de la mesa de junto porque me gusta la forma de su nariz.

Pero nadie puede asegurar que su chica 100% perfecta corresponde a un tipo preconcebido. Por mucho que me gusten las narices, no puedo recordar la forma de la de ella –ni siquiera si tenía una. Todo lo que puedo recordar de forma segura es que no era una gran belleza. Extraño.

-Ayer me crucé en la calle con la chica 100% perfecta –le digo a alguien.
-¿Sí? –él dice- ¿Estaba guapa?
-No realmente.
-De tu tipo entonces.
-No lo sé. Me parece que no puedo recordar nada de ella, la forma de
sus ojos o el tamaño de su pecho.
-Raro.
-Sí. Raro.
-Bueno, como sea –me dice ya aburrido- ¿Qué hiciste? ¿Le hablaste? ¿La seguiste?
-Nah, sólo me crucé con ella en la calle.

Ella caminaba de este a oeste y yo de oeste a este. Era una bella mañana de abril.

Ojalá hubiera hablado con ella. Media hora sería suficiente: sólo para preguntarle acerca de ella misma, contarle algo acerca de mi, y –lo que realmente me gustaría hacer- explicarle las complejidades del destino que nos llevaron a cruzarnos uno con el otro en esa calle en Harajuku en una bella mañana de abril en 1981. Algo que seguro nos llenaría de tibios secretos, como un antiguo reloj construido cuando la paz reinaba en el mundo.

Después de hablar, almorzaríamos en algún lugar, quizá veríamos una película de Woody Allen, parar en el bar de un hotel para unos cócteles. Con un poco de suerte, terminaríamos en la cama.

La posibilidad toca en la puerta de mi corazón.

Ahora la distancia entre nosotros es de apenas 15 metros.

¿Cómo acercármele? ¿Qué debería decirle?

-Buenos días señorita, ¿podría compartir conmigo media hora para conversar?

Ridículo. Sonaría como un vendedor de seguros.

-Discúlpeme, ¿sabría usted si hay en el barrio alguna lavandería 24 horas?

No, simplemente ridículo. No cargo nada que lavar, ¿quién me compraría una línea como esa?

Quizá simplemente sirva la verdad: Buenos días, tú eres la chica 100% perfecta para mi.

No, no se lo creería. Aunque lo dijera es posible que no quisiera hablar conmigo. Perdóname, podría decir, es posible que yo sea la chica 100% perfecta para ti, pero tú no eres el chico 100% perfecto para mí. Podría suceder, y de encontrarme en esa situación me rompería en mil pedazos, jamás me recuperaría del golpe, tengo treinta y dos años, y de eso se trata madurar.

Pasamos frente a una florería. Un tibio airecito toca mi piel. La acera está húmeda y percibo el olor de las rosas. No puedo hablar con ella. Ella trae un suéter blanco y en su mano derecha estruja un sobre blanco con una sola estampilla. Así que ella le ha escrito una carta a alguien, a juzgar por su mirada adormecida quizá pasó toda la noche escribiendo. El sobre puede guardar todos sus secretos.

Doy algunas zancadas y giro: ella se pierde en la multitud.



Ahora, por supuesto, sé exactamente qué tendría que haberle dicho. Tendría que haber sido un largo discurso, pienso, demasiado tarde como para decirlo ahora. Se me ocurren las ideas cuando ya no son prácticas.

Bueno, no importa, hubiera empezado “Érase una vez” y terminado con “Una historia triste, ¿no crees?”


Érase una vez un muchacho y una muchacha. El muchacho tenía dieciocho y la muchacha dieciséis. Él no era notablemente apuesto y ella no era especialmente bella. Eran solamente un ordinario muchacho solitario y una ordinaria muchacha solitaria, como todo los demás. Pero ellos creían con todo su corazón que en algún lugar del mundo vivía el muchacho 100% perfecto y la muchacha 100% perfecta para ellos. Sí, creían en el milagro. Y ese milagro sucedió.

Un día se encontraron en una esquina de la calle.

-Esto es maravilloso –dijo él- Te he estado buscando toda mi vida. Puede que no creas esto, pero eres la chica 100% perfecta para mí.

-Y tú –ella le respondió- eres el chico 100% perfecto para mi, exactamente como te he imaginado en cada detalle. Es como un sueño.

Se sentaron en la banca de un parque, se tomaron de las manos y dijeron sus historias hora tras hora. Ya no estaban solos. Qué cosa maravillosa encontrar y ser encontrado por tu otro 100% perfecto. Un milagro, un milagro cósmico.

Sin embargo, mientras se sentaron y hablaron una pequeña, pequeñísima astilla de duda echó raíces en sus corazones: ¿estaba bien si los sueños de uno se cumplen tan fácilmente?

Y así, tras una pausa en su conversación, el chico le dijo a la chica: Vamos a probarnos, sólo una vez. Si realmente somos los amantes 100% perfectos, entonces alguna vez en algún lugar, nos volveremos a encontrar sin duda alguna y cuando eso suceda y sepamos que somos los 100% perfectos, nos casaremos ahí y entonces, ¿cómo ves?

-Sí –ella dijo- eso es exactamente lo que debemos hacer.

Y así partieron, ella al este y él hacia el oeste.

Sin embargo, la prueba en que estuvieron de acuerdo era absolutamente innecesaria, nunca debieron someterse a ella porque en verdad eran el amante 100% perfecto el uno para el otro y era un milagro que se hubieran conocido. Pero era imposible para ellos saberlo, jóvenes como eran. Las frías, indiferentes olas del destino procederían a agitarlos sin piedad.

Un invierno, ambos, el chico y la chica se enfermaron de influenza, y tras pasaron semanas entre la vida y la muerte, perdieron toda memoria de los años primeros. Cuando despertaron sus cabezas estaban vacías como la alcancía del joven D. H. Lawrence.

Eran dos jóvenes brillantes y determinados, a través de esfuerzos continuos pudieron adquirir de nuevo el conocimiento y la sensación que los calificaba para volver como miembros hechos y derechos de la sociedad. Bendito el cielo, se convirtieron en ciudadanos modelo, sabían transbordar de una línea del subterráneo a otra, eran capaces de enviar una carta de entrega especial en la oficina de correos. De hecho, incluso experimentaron otra vez el amor, a veces el 75% o aún el 85% del amor.

El tiempo pasó veloz y pronto el chico tuvo treinta y dos, la chica treinta

Una bella mañana de abril, en búsqueda de una taza de café para empezar el día, el chico caminaba de este a oeste, mientras que la chica lo hacía de oeste a este, ambos a lo largo de la callecita del barrio de Harajuku de Tokio. Pasaron uno al lado del otro justo en el centro de la calle. El débil destello de sus memorias perdidas brilló tenue y breve en sus corazones. Cada uno sintió retumbar su pecho. Y supieron:

Ella es la chica 100% perfecta para mí.

Él es el chico 100% perfecto para mí.

Pero el resplandor de sus recuerdos era tan débil y sus pensamientos no tenían ya la claridad de hace catorce años. Sin una palabra, se pasaron de largo, uno al otro, desapareciendo en la multitud. Para siempre.

Una historia triste, ¿no crees?

martes, 8 de octubre de 2013

tiempo a tiempo

SINCRONÍA A DESTIEMPO
 x Stv.

{Presagió que al final el  tic, tac sería  producto de su desquiciada imaginación}

La joven Hechicera le preguntaba al viejo Adivino:

- ¿Como te ves en diez años?.

Vivo de las ilusiones, haciendo soñar a los demás, pero no soy aficionado de la incertidumbre, no me gusta fantasear, aunque mi vida sea en sí una fantasía, por increíble que pudiera parecer. Las ilusiones, no son más que castillos construido con naipes y cimentados en el aire.
Ver hacia delante puede ser un buen ejercicio mental, sí se toma como premisa que todo lo que se cree, es, y que la posibilidad de ver materializada  a realidad un sueño o ambición, se incrementa en proporción directa al deseo sumado a la acción.
Si alguien quiere verse a futuro, basta con ver su estado actual. Lo que está construyendo, sembrando o caminando en el presente, será en consecuencia su futuro labrado.
 Por eso me quedo con el presente que ya en si contar con el  hoy de cada día, ya es un regalo, por simple etimología. Mañana no sabemos si amanecerá, aunque la contundencia del tiempo diga que siempre habrá un mañana.
Así que ante la pregunta sobre cómo me visualizo en el futuro, solo podría decir a mi favor que la cosa que me consta es disponer del ahorita, lo que hago aquí, concentrado contigo, eso es lo único que importa.
Mi instinto me dice: Disfruta cada momento por que éste en un instante se va.   Confórmate con tener el hoy, poseer la capacidad de ser y poder, ya mañana y todo lo que converja con ella, como venga será ganancia -culminó el adivino.

sábado, 31 de agosto de 2013

Lunáticos

MENSI, ¿VAIS?
por Stv

{El lado oscuro de la luna}

Eran días de aguardar dentro de las cavernas. Abundaba un ambiente saturado de pasmosa homonimidad. Todos los seres de la misma especie eran idénticos entre si, en especial los homideos. Nada diferenciaba a un cavernícola de otro, misma apariencia, mismo lenguaje abstracto, incluso mismo pensamiento. Durante millones de años la existencia de todos los seres vivientes trascurrió entre nacer, crecer, reproducirse y morir, sin trascender de algún modo mas que en su propia perpetuación. Todas las especies daban por hecho que todas las cosas estaban ahí, nomas. Que así había sido y que así seria por siempre. Sobre todo creían que no existía relación alguna entre las cosas  y los efectos. Por lo tanto, nunca nadie se cuestionó nada, no habría porqué. Pero surgió una pequeña diferencia que hizo a uno de ellos diferente a los demás.

Una noche uno de los cavernícolas alzó su vista al cielo estrellado y por primera vez se percató de un objeto suspendido en el aire, luminoso y redondo, mucho más grande y brillante que el resto de los cuerpos celestes. Su absorta admiración hizo que todas las noches, en forma rutinaria, observara fascinado tan curioso elemento. También se percató de la paulatina trasformación diaria que sufría el objeto hasta su total desaparición. Fue tanta su admiración y extrañeza por tan extraordinario fenómeno natural que no pudo evitar compartir su descubrimiento, mediante dificultosos gruñidos guturales, con los demás miembros del clan. Prácticamente todos lo tildaron de loco. Con sus rupestres señas le hicieron saber lo poco práctico que era observar algo que no tenía relación alguna con ellos. A pesar del rechazo de los demás trogloditas a su descubrimiento, el lunático ser no ceso de observar el cielo todas las noches, hasta contemplar nuevamente su enigmático descubrimiento. Con el paso del tiempo, el diferente ser pudo contagiar a otros la admiración por la omnisciente presencia del ente selenita. Juntos, los crédulos curiosos, pudieron comprender la mecánica traslacional del objeto astral, así como la paulatina transformante metamorfosis que influía en ellos en forma de medición temporal, la cual ocurría con la periocidad de un mes, lo que motivo que a este grupo de soñadores se les conociera como Mensis. Este hecho marcó la última vez en que todos los símiles homideos fueron iguales.

El paso del tiempo, la evolución y los múltiples caminos que tuvo que recorrer la mente originó que a la actualidad existieran tantos seres diferentes como pensamientos propios. En un mundo dominado por la imagen y la semejanza, en la práctica, teóricamente era imposible la igualdad de un individuo a otro, aún a pesar de coexistir en un universo que tiene como máximo principio que todo vacío tiende a ser llenado por otro de características parecidas.

En tal "prestigioso” espacio noticioso matutino de televisivo canal de las "estrellas" el anecdótico y joven conductor hace la presentación del entrevistado del día. Se refiere al erudito invitado como el sucesor y heredero del talento e intelecto de recién extinto literato.

Emular a otro semejante de oficio o intentar creer que se pueda ser igual al citado, incluso suplirlo en cualquier modo o sentido es meterse inútilmente en camisa de once varas. En este caso específico, aún cuando pudiera ponerse en sus zapatos y caminara un largo trecho, tendría que cubrir al menos tres características fundamentales que distinguieron en vida al letrado. Para comenzar, tendría que escribir a primera vista en forma aparentemente caótica e incomprensible, pero una vez releído el contenido, encontrar un texto saturado de un análisis contundente de los cotidianos hechos sociales, salpicados de una inobjetable razón y sazonados con una demoledora ironía. Además, tendría que tener una obsesiva y desmedida fijación por las colecciones de arte popular y una compulsiva necesidad de adopción de gatos al por mayor. Por último ser poseedor de una amplitud de criterio y apasionado por las exóticas aficiones wildescas, tal como el emulado de referencia, que hiciera que entre sus símiles del oculto mundo artístico lo llamaran con el apelativo de "la negra".

jueves, 8 de agosto de 2013

inevitable

A WILL WILL

Por Stv

{Mañana, serás historia}

Desde la dimensión en que te encuentres o la perspectiva que la veas, ya nada puedes hacer, es inevitable. El futuro ya está escrito, no importa lo que hagas o lo que pienses. Ese día que tanto rumiaban los ignorantes, ese ayer ya nos rebasó. Mañana nos parecerá increíble creer que por tanto tiempo la sinrazón se impusiera mediante la fuerza sobre la razón.

No estamos hablando de predicciones nostradamescas vaticinadas, tampoco serán amenazas cumplidas de venganzas divinas. No se necesita ser un genio para comprender que todos los mundos están regidos por las mismas elementales leyes de la física y las matemáticas. Cualquiera podría argumentar que es ilógico, por no decir imposible, conjeturar algo que no ha sucedido. Es inevitable, por impredecible que se pudiera imaginar, que los hechos que aun no se han materializado, de hecho ya estén predestinados. Es simple conocimiento de cómo se manejan los fenómenos físicos, los acontecimientos biológicos y los comportamientos sociales.

No se trata de una chanza o de una adivinanza. No es casualidad, ni cosa de mágicos hechizos, que pronto sea conocido ya, lo que va a suceder. Nada se puede hacer cuando todos los indicios señalan el camino a seguir, mostrándo de antemano lo que ha de acontecer. Son simples hechos contundentes, conjeturas formuladas en el análisis, basados en el más estricto sentido cientifico. Dentro del dinámico mundo de las estadísticas y la probabilidad, dependiendo en consecuencia de la moda, el promedio y la tendencia, nos muestran con datos contundentes una aproximación muy exacta de lo que va a pasar y así será, no hay de otra, científicamente hablando y de acuerdo a las circunstancias presentes.

No son cosas diabólicas o clarividencias avanzadas, ni tampoco maléficas maquiavelas deducciones. Esta demostrado que todos los mundos, de todas las galaxias incluidos en este cosmos, se manejan por ciclos, bailando un vaivén de efectos y comportamientos. De la misma manera que todo vacío tiende a ser llenado, que todo estado, concepto o pensamiento pasa del negativo a positivo y viceversa. Del mismo modo la resequedad del prejuicio y la oscurantista ignorancia será salpicada por la luz refrescante del conocimiento. La fracción que representaba la división entre la cordura y la locura será diluida. Se necesita ser muy ingenuo para creer que en un solo fragmento de este vasto universo cíclico, las cosas y fenómenos se comporten de modo diferente.

Por eso no es difícil saber, ni tampoco predecir o adivinar, sino saber a ciencia cierta que el día de ser humano a través del hommo sapiens ya llegó. Bendito sea el señor, el inobjetable creador de las ciencias exactas, que ya dio su pronóstico. Se acabaron los tiempos de los crédulos fanaticos, ya nada puede hacerse, es inevitable. Si al principio todo era cero y con el paso del tiempo evolucionó a uno, creando el mundo digital que conocemos, hoy, por harás del destino, todas las flechas apuntan al cien y consecuentemente a la sien.

martes, 30 de abril de 2013

explosivo

Cómo sobrevivir y dejar huella en el planeta tierra.


Una EXPLOSIVA Historia de lucha...por la vida, de un tecomense por adopción.


http://goo.gl/WFwSL

viernes, 26 de abril de 2013

ser uno o ser dos

ORACULO
por Stv.




{Posiblemente ser uno en ésta o cualquier otra creación sea imposible}




En el universo informático existen un sinfín de shortcuts o atajos que no son otra cosa más que combinaciones de bites traducidos en comandos o acciones, los cuales, en la mayoría de las ocasiones ayudan al usuario a encontrar el camino o la solución a un problema cibernético y no en pocas ocasiones llevan a la representación y/o trasformación física de algún concepto que, funestamente (en el caso de los comandos prohibidos), llevan al operador a otras dimensiones, como al mismo infinito, al limbo, incluso mostrar la misma eternidad en tiempo real. Y es que en un mundo saturado y rebasado por la información, siempre habrá osados que se atrevan a emplear las instrucciones prohibidas, como por ejemplo: el asterisco punto asterisco. Quienes se han atrevido, obtuvieron su penitencia con la inesperada sorpresa de verse sobresaturados con la información obtenida, el consecuente bloqueo del aparato y en el mejor de los casos el obligado reseteo para el reinicio completo del sistema. Son tiempos donde la máquina y el hombre han entrado en una perfecta conjunción, tan es así, que aun en los problemas que el ente presenta en su rutinaria cotidianidad, ahora es fácil emplear el recurrente atajo: Control más zeta, siendo la combinación salvadora más empleada en el mundo digitalizado, ya que tiene la finalidad y la facultad de deshacer la mayoría de los errores voluntarios o involuntarios, cibernéticos o mundanos en los que incurre el manipulador, aunque muchos de ellos no se puedan remediar. Quizás la primera lección que debería saber todo ser que entra por primera vez al mundo de las máquinas, sería el uso adecuado de los shorcuts legales y prohibidos, cosa que nunca entendió o nadie quiso enseñarle a Bruno Ochoa Diez.

En verdad, él era un minúsculo corpúsculo, pero por alguna extraña razón tenía la sensación de ser una mole gigantesca, pronto todas sus dudas se aclararían y la realidad lo finiquitaría. Desde pequeño, si es que alguna vez se le pudo llamar así, fue un curioso insaciable que se cuestionaba todo. Gracias a la época que le había tocado vivir, aunado a los sorprendentes avances tecnológicos, Bruno había logrado saciar todas sus dudas. Logró indagar y explorar el firmamento de la información de extremo a extremo, de pe, donde se daba el origen mismo de todo a la pa, donde concluía la nada, (lógicamente pasando por el pi, el po, pu, la qe, qi y así sucesivamente con todas las posibles combinaciones de ese nuevo pepisilábico orden gramatical). Habiendo indagado cada rincón del cosmos sólo quedaba un lugar que no había explorado y era lo relacionado a sí mismo.

- ¿Habrá algo en lo que yo destaque, Qué lugar ocuparé en el espacio? Empecemos por mi propio vecindario -especuló.

Más había tardado en pensarlo cuando la máquina le había respondido: el Uno. No quiso quedarse en ese punto y subiendo de nivel, se preguntó el lugar que ocupaba en la colonia, en su estado, su País y la respuesta siguió siendo la misma: Uno. Ni el aparato ni el individuo daban crédito al resultado, por lo que yéndose al extremo mismo, se cuestionó el lugar que ocupaba con respecto a todo el universo. Al ver el mismo resultado primero se puso rojo, sintiéndose profundamente insignificante, después la temperatura máquina - hombre - habitación empezó a elevarse debido a la excesiva y conductiva traspiración de Bruno, debido a las reacciones neuroquímicas provocados por la vergüenza que en combinación con los pesados procesos electrodigitales generados por cálculo simultáneo de cuatrillones de complejas operaciones de unos y ceros para realizar la búsqueda. Tan prodigioso análisis dio origen a la transmutación, generando el colapso inminente.

El microprocesador versus cerebro han entrado en conflicto, la sobrecarga informativa ha sido saturada, sobrepasando los máximos límites permitidos en los manuales de seguridad. Del artefacto enloquecido brotaban a borbollones un sinfín de chispas multicolores a través del monitor, originando fuerzas centrípetas que en feroz convergencia se arremolinaban en asonada complicidad contra Bruno quien a su vez disminuía en dimensiones sus colosales extensiones y su criminal descomunal peso, el cual pareciese tendiente al máximo posible, por no decir al infinito, pero que en realidad era directamente proporcional a su proporción. Había entrado a una fase de empática sincronización, una absoluta concentración a la máxima enésima potencia entre dos entidades de mundos diferentes. La exponencial decreciente se daba en logarítmica creciente, originando que Bruno se expandiera en forma inversamente proporcional y en sentido opuesto. En el sistema nunca se había dado una relación tan biunívoca y a la vez tan contraria, ya que a medida que el armatoste comprobaba la supremacía humana en la dimensión suprema, éste llegaba al punto del desborde informático en fusión y confusión con el límite del infinito. De la tremenda implosión electronuclear, chispas, circuitos tanto neuronales como electrónicos se han conjugado en complicidad en una sobrecarga de energía en forma de tsunami digital de datos, todos los elementos a la vez agolpados y reducidos en un solo conceptual punto, que al final terminó quedando en nada. En esa diferencial y minúscula nada por no decir nano punto concretado y sintetizado, se ha formado una absoluta y total empatía. El esférico ente cóncavo ha entrado en armónica sintonía y perfecta conjunción con el convexo dispositivo compinche.

En la actualidad cuando alguien busca el significado del concepto infinito o infinitesimal, en la ventana de la pantalla aparece el siguiente mensaje: ERROR DE DESBORDAMIENTO BR1 8A 10, significando que se ha intentado traspasar los límites de las conocidas dimensiones estándares.

viernes, 12 de abril de 2013

O caso

"Y si un día me abandona la prudencia— ¡ay!, ¡se complace en huir!—¡pueda al menos mi altivez volar con mi locura! Así empezó el ocaso de Zaratustra"




ASI HABLABA ZARATUSTRA - FRIEDRICH WILHELM NIETZSCHE